Pasar los dedos entre sus
hilachas
y peinar las horas.
Degustar postres infinitos.
Siluetas de un amor herbóreo
que ronronea entre sueños su causa.
Estornudar el polvo de lo estático.
Sacarle la lengua a las noches
que observan
desde su escondite inexplicable y cobarde.
Arrancar de raíz el grito
de lo predecible y vestirlo de gala.
Encontrar nuevas baldosas en las mismas ciudades.
Posar nuestros perfumes en habitaciones prestadas
y entrañar a lo lejos ese calor que nada tiene que ver
con los fenómenos meteorológicos.
.brindopornosotros.