Con ella es difícil no llorar. La mirás y llorás. Yo quería explicarme, autoconvencerme de que la sensible era yo, hasta que la vi llorar a la otra. La otra lloraba con mas llanto, con mas pena. Ella te hacia llorar hasta el dolor de panza, uno lloraba mocos, penas, sangre, entrañas.Y yo pensaba que era la única que lloraba, pero la otra, lloraba hasta los hijos que le faltaban por parir. Y cómo lloraba!
Lloraba ruidosamente, con las gotas que le caían hasta el cogote, tanto así lloraba que le quedaba todo el escote sumergido en lágrimas.
Nunca entendí bien que era lo que te hacía llorar tanto. Tal vez la pronunciación de las palabras, la manera en que contaba sus historias o tal vez esos ojos arrumacados abajo de los párpados arrugados y caídos.
Pero ella no lloraba, simplemente hacía llorar. En verdad toda su cara parecía como deshidratada, como esas fotos que muestran sequía en los campos de clima xerotérmico. Tal vez se le habían terminado las lágrimas.
Pero te miraba sabiendo que ibas a terminar llorando, con una complicidad en esas pestañas chamuscadas. Y cuando ibas con ella, ibas para llorar; no me mientas, yo se que ibas para llorar. Porque nadie va desprevenido, todos los que vamos sabemos que en algún momento, de alguna manera y hasta el detalle más mínimo te hace llorar. Es esa especie de catarsis andante que le cubre los pies de la tierra que pisa. Es ese manto de piedad de ojos blancos. Y la hermosa capacidad de poder resumir en dos palabras todo el llanto que uno necesita.
Pero la otra no sabía, fue de improvisto. Se la cruzó por la vida y ella, que tan bien sabe leer las manos tristes, le dijo esas sabias dos palabras y ¡Zaz! un mar de llanto, mocos, víceras, sangre y pena le salieron de esos orificios lagrimales.
Y yo las miraba, a ella y a la otra, desde mi escondite, llorando de verlas llorar, lejos de rozar de esta manera, algún atisbo de lucidez.
Brindopornosotros