viernes, 7 de diciembre de 2007

Pajaros En La Cabeza

Pajaros En La Cabeza



Miraba a la ventana y soñaba con ser



un astronauta pisando la luna


y el cielo lo cruzaban galeones, delfines, cometas, falúas.


Y en la pizarra el profesor dictaba los teoremas.


En su cabeza sonaba el canto de un gorrión,


pájaros en la cabeza.





Salía siempre tarde castigado
por no estar nunca donde debiera
y en casa le esperaban el tedio y la comida servida en la mesa.
De fondo el rumor de un televisor y madre suspirando.
"¿Dónde andas hijo mio? Siempre en las nubes,"
y nadie escucha el telediario.










Pájaros en la cabeza y volar
a donde las ventanas siempre están abiertas,
donde el humo de tus pasos nos enseña a vivir.
Pájaros en la cabeza y soñar
que aún contaré relámpagos contigo,
aunque el tiempo y la arena escondan el camino hasta ti.




El tiempo pasó y todos crecimos

-bueno, no todos, algunos seguían mirando por la ventana

y sobrevolando la moqueta azul de la oficina.

En el trabajo aún se perdía en las selva de sus sueños

y un grito le nombraba, le arañaba y rompía el dulce sortilegio.





























Madre aún seguía sirviendo la sopa,
"¿Cuándo sentarás la cabeza?
Un día la abriremos y bandadas de cotorras escaparán de ella".
Él sonreía sin dejar de mirar por la ventana,
soñando mundos mejores,
lluvias que caían sobre parejas que se amaban,
claveles en los fusiles, barcos que sueltan amarras,
luces de faros, besos de mujeres que nunca, nunca le miraban.


Una mañana de enero nuestro hombre
se subió a lo alto de la Torre España
para ver si al morder el azul gris del cielo los pájaros callaban.


Mirando absorto la ciudad,
ni el rumor de su pecho escuchaba,
ni a madre, ni al televisor, ni a la oficina,
sólo un lejano batir de alas.

























Cuando nos quisimos dar cuenta
nuestro chico había desaparecido.
Nadie en lo alto de la torre lo vio abandonar la sombra gris del edificio.
Nadie lo vio caer al suelo, nadie oyó sus carcajadas,
sólo el sonido de cien pájaros
-o alguno más- escapando de sus jaulas.




Nada se supo de este soñador,
del canto de sus aves, hasta que llegaron cartas,
retazos de sus alas en forma de postales.
































































































Para esta mañana de Viernes...
Nada mejor que esta cancion...




.:Brindo Por Nosotros:.

3 comentarios:

Gastón Martorelli dijo...

Aire de Litoral en la tarde de mi Buenos Aires...
¿Cómo andás, tanto tiempo?
Nada mejor que un buen tema de Ismael para calificar al día.

Te cuento algo: me abrí un nuevo blog. Me gustaría que lo vieras porque quiero saber tu opinión.
www.el-colectivo-imaginario.blogspot.com

Nos estamos hablando...
Gastón

Eclipse dijo...

Amigaaaaa!! Genial.... antes pasaba esta canción de largo cuando escuchaba el disco de Ismael... luego comencé a disfrutarla prestándole más atención.
Lo mismo me pasó con la canción "Estamos a salvo", que luego de que la descubrí y presté mucha atención, me di cunta de que es la canción más poética de todo "Naves ardiendo...", hasta cita a Vallejo!!
Bueno, espero que andes bien y sigas disfrutando las mañanas de sol...
(de quién es la segunda ilustración? me gustó pila!!)
Besos!!

yo mismo dijo...

qué preciosa canción... en el directo con pedro guerra es maravillosa, no podría haber escogido a nadie mejor. esta semana voy a verlo en granada, brindaré por él a tu salud y te contaré qué tal la experiencia.

gracias por recordarnos en este rincón de la blogosfera que otro mundo es aún posible.